Alcachofa de Jerusalén, orgánica

JERUSALÉN Una verdura olvidada que recupera sus letras de nobleza, en las mesas de grandes cocineros. Su delicado sabor a corazones de alcachofa vuelve a atraer a los gourmets. Excelente fuente de fibra para facilitar el tránsito intestinal, es antioxidante y aporta sales minerales y vitaminas. Cómo cocinar la alcachofa de Jerusalén: No es necesario pelarlo. - Dorarlo en rodajas en la sartén. - Al horno en lonchas o palitos, aceitado y aromatizado con ajedrea. - Hervir o cocer al vapor. Luego puedes simplemente ponerle un buen aceite de oliva o una nuez de mantequilla que le irá muy bien con su sabor a alcachofa. Mezclado con patatas y calabaza: ¡está buenísimo! - En sopa o puré. - Rapado en lactofermentación, que es delicioso, a la vez que excelente para la salud y prolonga mucho su conservación. Cosechado en las montañas de Petit-Bornand les Glières.