Descubierta a finales del siglo XIX, la fuente de Elsenham se limita a las profundidades de las capas de tiza en el corazón del condado de Hertfordshire, al norte de Londres. Por tanto, el agua de Elsenham es naturalmente rica en minerales: calcio y hierro, pero su nivel de sodio sigue siendo bajo. En su versión espumosa, deleita el paladar con su fina burbuja pero conserva el sabor calcáreo del agua sin gas que le es tan específico. Su botella y tapón de diseño exclusivo reflejan la pureza del agua gracias a la cual se exhibe en los establecimientos más grandes de Londres.