Al igual que la miel y la jalea real, el propóleo también lo producen las abejas: está compuesto por una sustancia resinosa que recubre las colmenas y las protege de agentes externos como moho, hongos, bacterias e insectos. El propóleo se ha hecho famoso y utilizado por sus efectos antivirales y no es casualidad que las abejas lo utilicen para aislar la colmena de agentes externos y desinfectarla.