A base de despertarla por la noche, de pedir el biberón una y otra vez, de los lloros y los sustos, el peque de la casa ha descubierto que no tiene una madre cualquiera: tiene una Súper Mamá de los pies a la cabeza, alguien que siempre se va a preocupar por él/ella y que nunca va a dejar de cuidarle.