Comodidad: La seda es un material muy suave y ligero, lo que la convierte en un tejido especialmente agradable de llevar. Es suave para la piel y puede reducir el riesgo de irritación o fricción. Transpirabilidad: La seda es un tejido transpirable que permite que la piel se mantenga fresca. Ayuda a regular la temperatura corporal, lo que puede resultar beneficioso en verano o en climas cálidos. Lujosa y estética: la seda a menudo se percibe como una tela de lujo debido a su textura suave y brillante. Un tanga de seda puede dar una sensación de refinamiento y sofisticación, lo que puede aumentar la confianza en uno mismo. Hipoalergénica: La seda es naturalmente hipoalergénica, lo que significa que es menos probable que cause reacciones alérgicas o irritaciones de la piel. Es una opción ideal para personas con piel sensible. Durabilidad: Si se cuida adecuadamente, la seda puede ser un tejido duradero que conserva su brillo y textura con el tiempo. Aunque es más caro de adquirir, puede ofrecer una longevidad que justifica la inversión inicial. Absorción de humedad: La seda tiene la capacidad de absorber la humedad, lo que puede ayudar a mantener una sensación de sequedad y comodidad durante todo el día. Ligereza y discreción: Debido a su finura, la seda suele ser menos visible debajo de la ropa, lo que la convierte en una opción ideal para conjuntos ajustados o tejidos ligeros. En definitiva, optar por un tanga de seda puede aportar un confort superior, una sensación de lujo y bienestar, a la vez que cuida la piel gracias a sus propiedades naturales.