Spruitje
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Mi nombre es Jonael van der Sloot, fundador de la marca Spruitje. Ese nombre surgió porque me gustaba experimentar con el crecimiento y la vida de las plantas y los vegetales. Mi fascinación por las plantas y la naturaleza cruda me fue inculcada desde una edad temprana. Cuando tenía seis meses, mis padres emigraron a Argentina con nuestra familia. Comenzaron una granja biodinámica allí, así que de niño aprendí a mirar la naturaleza de manera integral.
Cuando tenía nueve años nos mudamos con toda la familia, ahora ocho hijos, a Chile, donde vivíamos en una casa rodeada de cincuenta hectáreas de bosque. Desde que volví a los Países Bajos cuando tenía doce años, me han molestado los cuidados y ordenados jardines de la ciudad. Estoy acostumbrado a la naturaleza libre y desinhibida. Plantas como helechos y musgos que han sobrevivido a tiempos prehistóricos, raíces de diversos vegetales que siguen su propio camino y ecosistemas autosuficientes me fascinaban cada vez más. Empecé a experimentar con plantas y me enseñé todo sobre la permacultura.
Un pasatiempo descomunal, porque después de un tiempo toda mi casa estaba llena de proyectos. Cuando nació mi hija, tuve que ceder espacio. Así se crearon los mundos sostenibles. 'Veamos qué sucede cuando combino estas plantas en un frasco de vidrio', más o menos. Recibí buenos comentarios, llegaron pedidos de instalaciones en las paredes de los restaurantes y poco a poco fui capaz de vender mi trabajo.
Cuando tenía nueve años nos mudamos con toda la familia, ahora ocho hijos, a Chile, donde vivíamos en una casa rodeada de cincuenta hectáreas de bosque. Desde que volví a los Países Bajos cuando tenía doce años, me han molestado los cuidados y ordenados jardines de la ciudad. Estoy acostumbrado a la naturaleza libre y desinhibida. Plantas como helechos y musgos que han sobrevivido a tiempos prehistóricos, raíces de diversos vegetales que siguen su propio camino y ecosistemas autosuficientes me fascinaban cada vez más. Empecé a experimentar con plantas y me enseñé todo sobre la permacultura.
Un pasatiempo descomunal, porque después de un tiempo toda mi casa estaba llena de proyectos. Cuando nació mi hija, tuve que ceder espacio. Así se crearon los mundos sostenibles. 'Veamos qué sucede cuando combino estas plantas en un frasco de vidrio', más o menos. Recibí buenos comentarios, llegaron pedidos de instalaciones en las paredes de los restaurantes y poco a poco fui capaz de vender mi trabajo.
