En los cielos de Europa, el P-51 Mustang norteamericano se convirtió en el caza de escolta de largo alcance que finalmente paralizó a la Luftwaffe. Su campeón más famoso fue el capitán Dominic S. Don Gentile, quien voló el bellamente llamado Shangri-La. El epítome del poder aéreo Gentile bautizó su P-51B Shangri-La, en honor al paraíso ficticio del Himalaya de la novela Horizontes Perdidos de 1937. El nombre transmitía la idea de un puerto seguro y un mundo mejor por el que luchaban. Era un símbolo potente. Un reinado breve pero brillante: en poco más de tres meses volando el Mustang, la puntuación de Gentile se disparó. El 5 de abril de 1944, derribó su 27º avión enemigo, superando oficialmente el récord de la Primera Guerra Mundial de 26 derribos en poder del as de ases estadounidense Eddie Rickenbacker. Este logro fue un gran impulso moral y convirtió a Gentile en un héroe nacional instantáneo, lo que le valió el título de As de Ases.