Sumérjase en la indulgencia con nuestro Pecan Praliné, realzado con un toque de flor de sal y suavizado por la autenticidad del jarabe de arce. Esta pepita artesanal, elaborada en nuestros talleres franceses, es un auténtico viaje sensorial entre continentes. Cada cuchara es una promesa: la de descubrir la riqueza cremosa de las nueces pecanas, realzada por el delicado contraste de la flor de sal y el dulce néctar del jarabe de arce. Por la mañana, transporta tus bocadillos a lejanas tierras boscosas. A la hora de la merienda, se convierte en el aliado de tus tortitas y postres, infundiendo una nota de evasión en cada bocado. Pero este praliné no se limita a estos momentos gourmet: también puede estar presente en sus pasteles, aportando una dimensión única a sus creaciones. ¿Un pastel de nueces, un esponjoso, o por qué no un helado casero? Es mucho más que un simple praliné; es un boleto a un carrusel de sabores, donde lo dulce, lo salado y lo amaderado bailan en armonía. Pero cuidado, la experiencia es adictiva y puede que quieras más... ¡y más!