¿Por qué una mala impresión dura más que una buena? ¿Por qué perder dinero nos afecta más que ganarlo? ¿Qué hace que las fobias sean tan difíciles de eliminar? La respuesta es el sesgo de negatividad o, en otras palabras, el poder del mal. Como muestran John Tierney y Roy F. Baumeister, estamos programados para reaccionar ante los malos eventos con más fuerza que ante los buenos. Tiene sentido en términos evolutivos, pero en nuestro mundo moderno el atractivo del mal es más poderoso que nunca. Gobierna nuestros estados de ánimo, impulsa el marketing y domina las noticias. puede ex Tapa blanda en rústica