Estaba diciendo cosas en canciones que las cantantes femeninas realmente no decían en ese entonces. No fui sumisa ni le rogué que volviera, le estaba pateando el trasero, pateándolo, pateando mi propio trasero también. Mi personaje de Blondie era una muñeca inflable pero con un lado oscuro, provocativo y agresivo. Estaba jugando, pero era muy serio. Tapa blanda en rústica