Formulado no con cebollitas, sino con manteca de karité pura, aceites vegetales y jugo de zanahoria fresco, este jabón superengrasado demuestra que las zanahorias no se cocinan... ¡Son geniales! Brillante, fresca y repleta de betacaroteno, esta verdura de color naranja ilumina, hidrata y unifica la tez. Gracias a su poder antioxidante, combate los signos del envejecimiento y refuerza la elasticidad de la piel. En resumen, este jabón no es una zanahoria, sino más bien un tratamiento rico en vitaminas que devuelve la vitalidad y la luminosidad a la piel apagada y cansada.