MIEL DE ACACIA 250 g

La miel de acacia Oltresole es un producto artesanal italiano que se obtiene de la planta robinia pseudoacacia perteneciente a la familia de las mimosáceas y por ello también se encuentra bajo el nombre de miel de algarrobo. Es de sus flores cuando son polinizadas por las abejas que se obtiene este tipo de miel de olor vagamente floral y sabor dulce. Tiene un color amarillo pajizo muy claro, casi transparente, suave y delicado. La miel de acacia Oltresole se cosecha en los cálidos días de primavera y aporta todo el aroma floral de esta estación. La lavanda, la vainilla y las flores de acacia aseguran la dulzura y todo el sabor de la naturaleza. Excelente para consumir durante el desayuno pero también para acompañar ensaladas y quesos. MARIDAJE: La miel de acacia Oltresole es perfecta con una tabla de quesos intensos con un toque picante como Gorgonzola Provolone y Pecorino Romano o para condimentar verduras, carnes y pescados a la parrilla. Para el desayuno o para la merienda entre comidas, es un excelente edulcorante para el yogur. BIENESTAR Y SALUD: La miel de acacia contiene sustancias beneficiosas útiles para el tratamiento de trastornos principalmente relacionados con el sistema respiratorio. Es un edulcorante con un gran poder energético natural energizante para el sistema nervioso. Su alta digestibilidad y el contenido en proteínas, vitaminas, minerales y aminoácidos lo convierten también en un apreciado tónico. Finalmente, es una valiosa ayuda contra la acidez estomacal para el bienestar del sistema digestivo y es eficaz en el tratamiento de los dolores de garganta. Es un excelente remedio con acción laxante. CURIOSIDAD: por la textura dura de su madera, la acacia es considerada un símbolo de perennidad y por tanto de vida eterna. En la cultura egipcia este árbol tenía un valor divino: de hecho, así lo cuenta la leyenda del culto de Osiris: después de que su hermano Seth lo matara y lo despedazara, su esposa-hermana Isis comenzó a buscar el cuerpo del amado y una vez logró encontrar las extremidades que faltaban y las volvió a juntar en un ataúd de madera de acacia para devolverlo a la vida. De hecho, la acacia era un símbolo de renacimiento a una nueva vida. Todos los fuegos sagrados se hacían quemando madera de acacia y siempre con la misma madera se creaban las piras sobre las que se incineraban los cuerpos de reyes y sacerdotes. Finalmente, la hoja de acacia fue elegida por la masonería como su símbolo por estas características: fuerte y delicada, no sufre cambios estacionales sino que se renueva continuamente.