¿Quién dijo que el camino de la vida es recto? En lugar de una carretera perfectamente pavimentada, es más bien un adoquín lleno de baches sobre el que te sacudes mucho. A veces se te mancha el lápiz labial, se te rompe el talón o te torces el tobillo. Pero el viaje es aún más emocionante: cada día es una sorpresa. Y 176 páginas de papel premium para disfrutar cada segundo.