'Una invocación hilarante y taciturna de un mundo perdido. Cualquiera que haya estado alguna vez loco por el cine disfrutará de estas memorias irreprimiblemente digresivas, llenas de sorpresas y exquisitamente escritas (más o menos). Ciertamente lo hice.'Felipe Lopate Todd McEwen creció en el sur de California. Como hijo de gente relativamente normal, no tenía nada que ver con Hollywood, a apenas trece millas de distancia, por mucho que lo intentara. Este es un niño al que le encantaban tanto las películas que se levantaba a las 4.30 de la mañana para ver a Laurel y Hardy. Un niño que hacía que su padre proyectara dibujos animados de 8 mm en las cortinas del comedor familiar para poder abrirlas lentamente, como en un cine de verdad. Un tipo que basó su filosofía de vida en el Capitán Nemo y que ha visto Chinatown más de sesenta veces. Hasta ahora.