La salvia, cuyo nombre deriva del latín salvare, “que salva”, es famosa por sus mil virtudes. Esta planta mediterránea se ha utilizado desde la antigüedad, tanto en rituales sagrados como en cocina, cosmética y aromaterapia. Sus flores malvas y sus hojas aterciopeladas desprenden un potente aroma herbáceo y animal, conocido en el jardín por repeler naturalmente las plagas. Imprescindible en perfumería, la esencia obtenida por destilación de toda la planta se utiliza tanto por su perfil verde y aromático como por su tenacidad.