En el Museo Marítimo Nacional de Greenwich se exhiben los restos de un reloj de bolsillo con caja de plata, una reliquia de la última expedición de Sir John Franklin (1845-48). Fue encontrado en un barco abandonado en la bahía de Erebus, isla Rey Guillermo, en mayo de 1859, y es de ahí que el reloj de escritorio Franklin toma su inspiración. Es un reloj de bolsillo de gran tamaño, con una caja de aluminio fundido niquelado y una nítida esfera blanca con números negros. A diferencia del original, tiene un movimiento de cuarzo, por lo que no necesita cuerda. Funciona con 1 pila AA (no incluida). Mide 24 cm de alto.