A primera vista, podría pensar que está viendo un estampado de Salvador Dalí. Vemos a una niña tomando el sol en la playa mientras el mar lame tranquilamente la arena sin hacer ruido. También vemos una tela blanca que cubre su cuerpo y además, inexplicablemente, flota sobre ella de manera inexplicable. Entonces, en la primera inspección después de nuestra mirada, notamos que el color a un lado, no tiene tanto en común con Salvador Dalí como pensamos al principio. Sin embargo, miramos más de cerca y vemos las formas parecidas a las medusas formadas arriba, flotando como lo harían si estuvieran en el océano. El surrealismo, aunque no tan descarado como con Dalí, es ciertamente evidente, pero también está ausente si miramos la tela flotante como simplemente una tela. Los colores serenos pero vivos y el contenido que invita a la reflexión hacen de este trabajo fotográfico un verdadero placer tanto por razones estéticas como conceptuales.