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Skier Christmas ornament, Christmas tree hanging decor
Milin

Adorno navideño de esquiador, decoración colgante para el árbol de Navidad

Este adorno navideño está hecho de madera contrachapada de abedul impresa. El conjunto también incluye cordel dorado y una etiqueta de papel en forma de corazón, que también puede utilizarse como elemento decorativo. Elaborado con pasión y amor en un taller en Polonia. Mide aproximadamente 15 x 15 cm; las dimensiones pueden variar ligeramente según el diseño. Los colores que se muestran en las fotos pueden diferir ligeramente de los reales, ya que la madera varía naturalmente en tono y color, lo que afecta al efecto final. Varía en tono y color, lo que afecta el efecto final. ¿Por qué nuestra colección incluye adornos con cara triste? Érase una vez, en el País de la Navidad, bajo la luna menguante, se sentó el Seta Triste. El sol brillaba a su lado, pero él también parecía abatido.  ““No me gusta la Navidad”, suspiró Seta.  “Nadie necesita un hongo como yo.” “Y yo —añadió Sunny— no brillo tanto en diciembre, así que me siento inútil."De repente, Doggie se deslizó colina abajo en trineo, ¡con tanta fuerza que cayó en los montones de nieve, dejando solo la cola asomando! El hongo resopló riendo.  “¡La Navidad es para reír, incluso cuando las cosas salen mal!"ladró el perrito. Detrás de él corría un perro salchicha que llevaba regalos, que tropezó con el trineo y se enredó en su propio lazo; ¡parecía un regalo andante! Los gatitos con sus suéteres chillaban de risa. Uno estaba dando una voltereta, otro arrastraba una corona más grande que él mismo y el tercero iba comiendo galletas de jengibre por el camino. Entonces pasó un coche con un árbol de Navidad en el techo, y los gatitos saltaron al techo y empezaron a cantar villancicos. Sunny sonrió aún más, y Toadstool saltó de alegría. Junto a ellos, el patinador sobre hielo se deslizaba a toda velocidad por la ladera nevada, realizando divertidas piruetas y cayendo en suaves montículos de nieve. Detrás de ella, el esquiador se deslizaba lanzando bolas de nieve, y el snowboarder se caía una y otra vez, provocando carcajadas. Finalmente, la Gallina y el Gallo salieron del gallinero, encabezando una procesión con el Rey Pierogi, que olía a Navidad. Las fiestas no son un momento de alegría para todos; a veces alguien se siente solo, como Toadstool. Por eso vale la pena mirar alrededor, ofrecer una mano, sonreír y estar ahí para alguien. Porque el mayor regalo que podemos ofrecer a los demás es nuestra bondad y nuestra presencia. Toadstool miró a su alrededor y sonrió.  “¡Tienes razón! ¡La Navidad es más bonita cuando estamos todos juntos!”