El agua de lavanda es imprescindible en casa. Es apto para todo tipo de pieles, limpia la piel grasa, refresca la piel irritada, calma el picor. Su delicado aroma es una invitación a la relajación y al descanso. El agua de lavanda es conocida por su acción purificante y astringente sobre las pieles grasas. Limpiará la piel de impurezas, ayudará a cerrar los poros dilatados y reducirá los brillos. Como también es calmante y antiinflamatorio, también calmará la sensación de calor que puede provocar el acné severo. Gracias a sus propiedades cicatrizantes, su aplicación diaria ayudará a que los granos sanen y atenúen las marcas. Esta acción purificante también es conocida para tratar el cabello graso y el cuero cabelludo irritado. Este hidrolato también es eficaz y no agresivo sobre las pieles sensibles, reactivas, irritadas o dañadas por las inclemencias del tiempo (sol, viento, frío): calma el picor y refresca la piel sobrecalentada. Esta acción calmante también es muy útil para calmar todos los picores: picaduras de insectos, urticaria, eccemas, psoriasis. El hidrosol de lavanda también es un buen repelente de insectos; puedes rociarlo sobre la piel y los textiles. En el cabello, ¡es un buen antipiojos! Como bruma para almohadas, el hidrosol de lavanda es un excelente facilitador del sueño.