MARIA DI RIPABIANCA una marca nacida en la década de 1960, en Ripabianca, una fracción de Deruta en la provincia de Perugia.
En la región de Umbría, patria del cachemir, la marca MARIA DI RIPABIANCA es autora de colecciones que nacen bajo el signo de la fusión de la artesanía y la tecnología en nombre de la belleza atemporal, respetando la antigua tradición inglesa pero favoreciendo siempre un trato personal y visión creativa del estilo.
MARIA DI RIPABIANCA nace de un pequeño taller, hasta la inauguración de varias boutiques (así como en Italia también en Hong Kong, en USA, Norte de Europa, en Suiza, en España y una boutique en Saint Tropez).
En 2020, la marca pasó a manos de una empresa de Umbría ya establecida en el sector de la confección y el calzado, que cree firmemente en MADE IN ITALY y en el material precioso "EL CASHMERE". Las colecciones se crean combinando la tradición de los procesos más antiguos con un diseño moderno y contemporáneo, para satisfacer todas las necesidades de estilo y tendencias del momento, a precios asequibles.
CREACIÓN DE CASHMERE
Suave, esponjoso y cálido. Estos son los adjetivos que suelen venir a la mente cuando escuchamos la palabra CASHMERE.
CASHMERE es una de las fibras más raras y preciosas que se pueden encontrar. Las fibras de cachemira se obtienen del vellón de una especie particular de cabra, llamada Capra Hircus, que no por casualidad también se llama "cabra de cachemira" y se cría principalmente en países como Rusia, Irán, Afganistán, Turquía, India. La cachemira de Mongolia Interior, por otro lado, es la cachemira más fina que proviene directamente de Mongolia Interior, un área climática muy dura que produce alrededor del 90% de la cachemira del mundo.
Este tipo de cachemir, entre los más bellos y preciosos del mundo, destaca por la finura y extrema suavidad de sus fibras. Estas fibras en el interior tienen una particular estructura de cámara de aire que favorece el aislamiento térmico para calentar agradablemente al usuario.
Las zonas donde se procesa la cachemira se caracterizan por un clima muy duro y frío (alrededor de 40 °C bajo cero).
Para protegerse del mal tiempo y las bajas temperaturas, las cabras de cachemira tienen dos pelajes: uno más superficial y otro más en contacto con la piel.
Durante la primavera se recolecta el cachemir y los pastores suelen cortar primero con unas tijeras los pelos exteriores y luego recoger la parte más fina del pelaje con peines especiales. En este punto, las fibras que provienen de los dos abrigos de las cabras se separan porque la verdadera cachemira es la que proviene del llamado edredón (es decir, el abrigo más cercano a la piel de las cabras).
LA HISTORIA DE LA CACHEMIRA
Cashmere toma su nombre de la región de Cachemira, zona de la India donde se inició el primer procesamiento de este material. Este preciado tejido comienza a utilizarse y trabajarse desde la antigüedad, en la época romana.
En el siglo XIX, el fabricante escocés Joseph Dawson ideó el método de separar las fibras de cabra más finas del pelo grueso que debe desecharse.
La altísima calidad, la extraordinaria suavidad y la calidez del cachemir han convencido a comerciantes, reyes y emperadores a lo largo de la historia a elegir y lucir con orgullo este espléndido tejido, que desde la antigüedad siempre se ha distinguido como un material noble y elitista, destinado a la clase más acomodada.
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