Crema de castañas

Especialidad muy apreciada por los gourmets, esta magnífica castaña confitada requiere una gran maestría. Inicialmente, la castaña cruda se compone de materia seca (harina) y agua. Sufre un azucarado por “ósmosis”: el almíbar reemplaza al agua que tiene menor densidad. Después de confitada, la castaña se compone entonces de un 72 % de materia seca (castaña + azúcar) y un 28 % de humedad. La cata es como una auténtica ceremonia: sacar del frigorífico, dejar reposar unos minutos para que la castaña vuelva a estar a temperatura ambiente, luego compartir: hay que abrir delicadamente el Marron Glacé por la mitad para descubrir la carne translúcida de la fruta humedecida con su almíbar de caramelo. Finalmente el aperitivo, ojos cerrados... la riqueza de sus sabores lo convierten en un placer indescriptible. Nuestras castañas confitadas se comercializan en cajas de 2,4 kg