Este cartel destaca un momento de convivencia y tradición con una cautivadora escena de petanca. Un hombre concentrado y decidido lanza una bola de petanca en un paisaje típicamente sureño. El reflejo de la pelota revela no sólo el boliche, elemento clave del juego, sino también un elemento icónico de Marsella: la majestuosa basílica de Notre-Dame-de-la-Garde. Este lugar, considerado el “vaso de piedra” de la ciudad, domina la ciudad desde su colina, ofreciendo una vista impresionante del mar Mediterráneo. Lotza le invita a sumergirse en la esencia misma de la cultura marsellesa, donde la petanca no es un simple juego, sino que forma parte de un patrimonio vivo, compartido entre amigos o familiares. El cartel captura esta atmósfera única, combinando tanto la pasión por el juego como la grandeza de un símbolo esencial de Marsella. Cada detalle de esta escena está diseñado para transportarte al mundo amigable y cálido de la región, mientras rinde homenaje a la belleza de la ciudad y sus tradiciones. Tanto si eres un aficionado a la petanca como un amante de la ciudad de Marsella, este cartel te ofrece un recuerdo atemporal. El juego de la petanca, parte integrante del patrimonio de la región, es más que una actividad: representa un arte de vivir, una manera de crear vínculos y celebrar momentos compartidos. La basílica de Notre-Dame-de-la-Garde, por su parte, es el corazón espiritual de la ciudad, un lugar de peregrinación y de oración, pero también un observatorio que vela por la ciudad y sus habitantes. Su imagen, inscrita en filigrana en el reflejo de la bola, subraya esta relación entre lo cotidiano y lo espiritual, entre lo lúdico y lo sagrado. El cartel propuesto por Lotza invita a descubrir estos símbolos marselleses, aportando al mismo tiempo un toque artístico que encontrará su lugar en cualquier interior.