Póster “¿Chocolatina o Pain au Chocolat?"- Una celebración ilustrada del pastel más controvertido de Francia Un cartel lleno de humor, cultura y desenfreno, firmado por el ilustrador Lotza, que rinde homenaje a uno de los debates más emblemáticos de la gastronomía francesa: ¿deberíamos decir "chocolatine" o "pain au chocolat"? Detrás de este duelo léxico, que se remonta a varias generaciones, se esconde una historia compleja, enriquecida por influencias extranjeras, migraciones culturales y tradiciones panaderas profundamente arraigadas en las regiones francesas. Esta obra visual, vivaz y traviesa, ilustra brillantemente la pasión que rodea a este pequeño trozo de hojaldre con centro de chocolate. El visual representa un croissant de chocolate dorado, casi tangible, orgullosamente entronizado en el centro de la composición, acompañado de un guiño a la cultura del Suroeste, donde el término “chocolatine” es un verdadero estandarte de identidad. Con sus líneas limpias y su estilo, a la vez contemporáneo y cálido, Lotza infunde a este pastel un aura casi real, como si finalmente reclamara su legitimidad histórica y lingüística. Pero más allá de los deliciosos gráficos, este cartel también se hace eco de las investigaciones realizadas por panaderos e historiadores. Uno de ellos, originario de Toulouse, buscó en los archivos de las panaderías francesas y rastreó los orígenes de estos famosos pasteles. Según sus estudios, todo se remonta a mediados del siglo XIX, cuando un tal August Zang, un empresario austríaco, introdujo las primeras versiones del croissant en París. Este último, creado para celebrar una victoria austriaca sobre los otomanos en 1683, habría dado lugar a varias variaciones. Entre ellos, una versión rellena de chocolate, conocida en Austria como “Schokoladeen croissant”, se dice que es el origen de nuestro famoso pastel vienes. Entonces ¿por qué esta división entre el “pain au chocolat” parisino y la “chocolatine” sureña? La explicación vendría de un sutil juego de pronunciación. El acento austriaco de la época transformó la “d” en “t” y es muy probable que la palabra “Schokoladencroissant” fuera percibida como “chocolatine” por el oído francés. Así, en el Suroeste, la chocolatina se ha impuesto con fuerza y orgullo, mientras que las regiones al norte del Loira han preferido simplificarse optando por el “pain au chocolat”, sin duda en referencia a la forma y función del producto. También es importante destacar un punto técnico que a menudo se pasa por alto: ni la chocolatina ni el pain au chocolat están hechos de pan. Estas delicias están elaboradas a partir de hojaldre levado, el mismo que se utiliza para los croissants, lo que los sitúa claramente en la categoría de pasteles vieneses. El término “pain” au chocolat, aunque anclado en los hábitos lingüísticos, es por tanto una interpretación errónea desde el punto de vista de la fabricación. Este cartel, más allá de su estética cuidada y su encanto retro-moderno, se convierte así en una auténtica cápsula cultural. Refleja el amor de los franceses por sus tradiciones culinarias, su apego a las palabras y su gusto por los enfrentamientos lingüísticos. Al colgar esta obra en una cocina, una panadería, un café o incluso una oficina, celebramos con humor una parte de la cultura popular francesa, donde la gastronomía se encuentra con la lingüística en una alegre efervescencia regional. Perfecto para los amantes de la repostería, los amantes del suroeste, los lingüistas en ciernes o simplemente aquellos con pasión por el buen gusto, este póster es mucho más que un objeto decorativo. Es una declaración de amor al patrimonio culinario francés, un guiño a nuestras raíces regionales y una invitación permanente a debatir, con una sonrisa, alrededor de un buen café y un pastel crujiente.