El único vino capaz de transformar una raclette en un espectáculo deportivo. Elaborado con raclette y de regreso en bicicleta, es un Bordeaux Blanc fresco y afrutado, elaborado por Clarisse y Quentin Cardarelli. Sus aromas a melocotón, pera y cítricos combinan de maravilla con quesos fundidos, embutidos y amigos. Un vino de invierno perfecto para acompañar comidas de montaña, fines de semana nevados o veladas acogedoras. La etiqueta es divertida, el vino es bueno y el lema es simple: “nos derretimos de placer y luego pedaleamos para ponernos en forma”." Un regalo de vino original para todos los amantes del buen humor, del queso y de las copas bien llenas.