Por la noche, en el bosque, todo es negro. Arsène Lapin está perdido... A lo lejos ve un resplandor: ¡es un charco de luz! Gracias a ella, el joven conejo puede retomar su viaje. Pero por la noche todo es diferente. En el camino, tantos ruidos y encuentros... Primero un topo, luego un buitre, luego un zorro... Si al principio son amenazadores en la oscuridad de la noche, es que realmente necesitan ayuda. Arsène compartirá con ellos su bola de luz, hasta el punto de que al final sólo le quedará una pequeña bola de luz, insuficiente para salir del bosque. Pero las palabras de una vieja liebre, el último encuentro de Arsène, lo consolarán. ¿Y si la oscuridad de la noche permitiera percibir mejor sus olores? ¿Para hacer todo un poco más raro y maravilloso? Por Raphaël Kolly