Laurence M

La historia de cada joya comienza primero en la cabeza de Laurence M y luego en Ardèche donde se imaginan, diseñan, desarrollan y producen todas las piezas.

Es también allí, en las tierras altas de Ardèche, cuna de la alta bisutería, donde todos los elementos se sueldan, pulen, bañan en oro o plata según las colecciones.
Las piezas listas se envían luego a Perpiñán al taller de la rue Jean Rière Rière para ser ensambladas, resinadas y engastadas.

Es después de haber pasado por todas estas manos expertas (entre seis y diez personas) y estas diferentes etapas de producción que las joyas toman su forma definitiva y llegan diariamente a la tienda.

Todas las joyas están doradas con oro fino, son de muy buena calidad y han sido creadas para ser usadas, a menudo y sobre todo sin ninguna concesión a la vida cotidiana (puedes lavarte, bañarte, nadar).

Son joyas a las que nos apegamos y por eso la marca Laurence M está muy interesada en que puedas llevarlas y amarlas durante el mayor tiempo posible. Por supuesto, el compromiso con la calidad implica una garantía y un servicio postventa para cada joya, comprada en tienda u online.