La petite Eugènes
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- Fundada en 2013
Me presento, Anne-Claire Rothureau, soy la creadora de La petite Eugènes, estilista y bordadora que elegí para trabajar con ropa de segunda mano y darle una nueva vida a través del bordado. Durante mucho tiempo he buscado sentido en mi profesión en la moda en vista del consumo excesivo de ropa, pero hoy ofrezco una nueva mirada a la ropa.
Les voy a contar mi viaje, llegué a París para ir a la escuela de moda hace 10 años. En esta escuela aprendí todos los conocimientos necesarios para crear tu propia marca y convertirme en directora artística. Después de esta escuela, comencé a trabajar para Petit Bateau y luego Du Pareil au meme, el dominio de los niños. Pero me di cuenta de que no quería que me encasillaran como estilista infantil. Así que seguí mi camino y aprendí el arte del bordado gracias al ayuntamiento de París. Luego descubrí otro mundo, trabajé para grandes casas de lujo como Chanel o Yves Saint Laurent como bordadora. Fue una experiencia muy bonita pero no me sentía del todo en mi lugar.
Entonces me cuestioné muchas cosas (gracias al confinamiento) y decidí unir todos mis conocimientos para crear mi propia marca. Quería un trabajo que tuviera sentido, que se mantuviera a la moda pero sin tener un impacto degradante en nuestro entorno y, sobre todo, quería bordar y crear productos útiles.
La segunda mano me pareció obvia, crear bordados en prendas que tuvieron una primera vida y merecen tener una nueva. Bordado como regalo. Un saber hacer que se puede llevar todos los días.
Les voy a contar mi viaje, llegué a París para ir a la escuela de moda hace 10 años. En esta escuela aprendí todos los conocimientos necesarios para crear tu propia marca y convertirme en directora artística. Después de esta escuela, comencé a trabajar para Petit Bateau y luego Du Pareil au meme, el dominio de los niños. Pero me di cuenta de que no quería que me encasillaran como estilista infantil. Así que seguí mi camino y aprendí el arte del bordado gracias al ayuntamiento de París. Luego descubrí otro mundo, trabajé para grandes casas de lujo como Chanel o Yves Saint Laurent como bordadora. Fue una experiencia muy bonita pero no me sentía del todo en mi lugar.
Entonces me cuestioné muchas cosas (gracias al confinamiento) y decidí unir todos mis conocimientos para crear mi propia marca. Quería un trabajo que tuviera sentido, que se mantuviera a la moda pero sin tener un impacto degradante en nuestro entorno y, sobre todo, quería bordar y crear productos útiles.
La segunda mano me pareció obvia, crear bordados en prendas que tuvieron una primera vida y merecen tener una nueva. Bordado como regalo. Un saber hacer que se puede llevar todos los días.
