Képices
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Todo empezó con un plato cocinado con corazón.
Hay olores que nunca se olvidan.
Entre esos perfumes estaban los que salían de la cocina de mi madre. Una mezcla de comino tostado, pimentón picante y cilantro fresco. y amor. Para nosotros, cocinar no se trataba sólo de recetas, sino de conexiones, de transmisión, de generosidad.
Durante más de 40 años, mi madre Ghita, una chef apasionada, perfeccionó el arte de la cocina marroquí en su restaurante familiar. Tuve la suerte de crecer en este mundo de sabores auténticos, donde cada plato contaba una historia. À A los 11 años descubrí mi propia pasión por la cocina, inspirada por su saber hacer y recetas transmitidas de generación en generación.
Pero durante mucho tiempo lo guardé todo para mí.
Hasta el día en que comprendí que ese tesoro ya no debía permanecer entre cuatro paredes.
Decidí convertirlo en una aventura. Uno real. Con altas y bajas, noches de insomnio, dudas... pero sobre todo, un deseo inquebrantable: compartir lo que más me importa.
Así nació Képices.
Un vibrante homenaje a mis raíces, a mi madre y a todos aquellos que, como ella, supieron hablar al corazón a través de los platos.
En Képices, cada frasco es una mano extendida.
Nuestras marinadas, especias y pastas para untar están cuidadosamente elaboradas, con ingredientes excepcionales procedentes de cooperativas de mujeres en Marruecos. Privilegiamos los circuitos cortos y combinamos condimentos locales cultivados en Lille para garantizar una frescura incomparable.
Creemos en la calidad, la autenticidad y la creatividad.
Nuestros productos están pensados para quienes les gusta comer bien, pero no siempre tienen tiempo. Están aquí para ayudarte a reducir la velocidad, cocinar sin presión y redescubrir el sabor de las cosas reales.
Entonces, ¿qué tal si probás un pedacito de esta historia?
Con Képices, redescubra el placer de cocinar y saborear platos auténticos, mientras comparte momentos de convivencia y placer con sus seres queridos.
¡Gracias por formar parte de esta aventura con Képices!
Hay olores que nunca se olvidan.
Entre esos perfumes estaban los que salían de la cocina de mi madre. Una mezcla de comino tostado, pimentón picante y cilantro fresco. y amor. Para nosotros, cocinar no se trataba sólo de recetas, sino de conexiones, de transmisión, de generosidad.
Durante más de 40 años, mi madre Ghita, una chef apasionada, perfeccionó el arte de la cocina marroquí en su restaurante familiar. Tuve la suerte de crecer en este mundo de sabores auténticos, donde cada plato contaba una historia. À A los 11 años descubrí mi propia pasión por la cocina, inspirada por su saber hacer y recetas transmitidas de generación en generación.
Pero durante mucho tiempo lo guardé todo para mí.
Hasta el día en que comprendí que ese tesoro ya no debía permanecer entre cuatro paredes.
Decidí convertirlo en una aventura. Uno real. Con altas y bajas, noches de insomnio, dudas... pero sobre todo, un deseo inquebrantable: compartir lo que más me importa.
Así nació Képices.
Un vibrante homenaje a mis raíces, a mi madre y a todos aquellos que, como ella, supieron hablar al corazón a través de los platos.
En Képices, cada frasco es una mano extendida.
Nuestras marinadas, especias y pastas para untar están cuidadosamente elaboradas, con ingredientes excepcionales procedentes de cooperativas de mujeres en Marruecos. Privilegiamos los circuitos cortos y combinamos condimentos locales cultivados en Lille para garantizar una frescura incomparable.
Creemos en la calidad, la autenticidad y la creatividad.
Nuestros productos están pensados para quienes les gusta comer bien, pero no siempre tienen tiempo. Están aquí para ayudarte a reducir la velocidad, cocinar sin presión y redescubrir el sabor de las cosas reales.
Entonces, ¿qué tal si probás un pedacito de esta historia?
Con Képices, redescubra el placer de cocinar y saborear platos auténticos, mientras comparte momentos de convivencia y placer con sus seres queridos.
¡Gracias por formar parte de esta aventura con Képices!