Anillo de latón trabajado a mano. Detrás del moucharabieh, el jardín secreto del riad ofrece belleza y frescura. Joyas como puertas que se abren al refinamiento oriental. Desde adornos palaciegos hasta adornos femeninos, los arabescos cantan las dulces y cálidas tardes que transcurren en Oriente. Un homenaje a las influencias que han teñido las grandes rutas comerciales con sus riquezas mixtas. Durante sus viajes, a Christine Delpal, creadora de Karawan, le gusta mezclar las inspiraciones de la vida cotidiana con las del descubrimiento de las colecciones de los museos etnológicos. Podemos adivinar cómo las grandes civilizaciones inspiraron esta colección de joyas de latón, mezclando pasado y presente para desafiar fronteras. COMPOSICIÓN Una aleación de cobre y zinc, libre de níquel. El latón se ha utilizado en África, China y la cuenca mediterránea desde tiempos prehistóricos. Le da a la joya un aire de tesoro liberado del pasado. Tamaño ajustable, ø 25 mm, 6 gramos