El aceite esencial de palmarosa tiene propiedades antivirales, antiparasitarias y antifúngicas, lo que lo hace particularmente eficaz contra las infecciones por hongos. Altamente antibacteriano, es ideal para tratar afecciones ORL¹ en niños, ya que es potente y seguro. Ayuda a curar la nasofaringitis, el resfriado, la sinusitis, la bronquitis, la gripe o incluso una infección de oído. Es conocido por sus propiedades calmantes y relajantes sobre el sistema nervioso, sobre la piel (heridas) y puede utilizarse para tratar ciertas afecciones de la piel (acné, eczema). Tiene un efecto estimulante sobre las células de la epidermis y activa la regeneración de los tejidos cutáneos (flacidez de la piel). Drena la linfa y activa la circulación linfática (celulitis retencional, edemas de piernas). Su propiedad astringente cierra los poros y ayuda a combatir la transpiración excesiva. Antiviral: elimina los virus y evita que se desarrollen o multipliquen. Antibacteriano: combate el dolor provocado por el reumatismo. Astringente: tensa y seca los tejidos. Antiinflamatorio: combate la inflamación. Antifúngico: relaja y afloja los músculos. Cicatrizante: activa la regeneración de los tejidos cutáneos y favorece la cicatrización de heridas cutáneas. Tónico cerebral: activa las células y por tanto las funciones del hígado. Inmunomodulador: equilibra la respuesta inmune corresponde al tracto respiratorio superior, es decir Oto-Rino-Laringológico (nariz, garganta, oídos).