Este cesto rústico para toallas o ropa sucia muestra el tremendo potencial de los trabajadores que han dedicado horas a crear esta oferta. Hecho de jacinto de agua, este juego es ecológico y exquisito. Durante mucho tiempo, la planta acuática se consideró una molestia y se eliminaba o se dejaba sin uso. Esta infame hierba ha transformado la suerte de muchas familias rurales, convirtiéndose en un material preferido para tejer. El proceso de elaboración de una ofrenda de jacinto comienza con el secado de los tallos al sol durante siete a ocho días. Se prefieren los tallos más largos porque son más fáciles de tejer. Estos tallos luego se comprimen para disponerlos para tejer. El proceso de tejido se realiza a mano, trenzando y cosiendo los tallos para darles las formas deseadas. El producto no requiere el contacto de una máquina motorizada, lo que hace que cada pieza sea verdaderamente única.