El aceite de albaricoque llena la piel de luz. Aporta un verdadero impulso a la piel. El aceite de albaricoque tiene múltiples virtudes: regenerante, revitalizante, antiedad, tonificante, emoliente y suavizante. Es una barrera ideal al proteger la piel contra la deshidratación. Es ideal para rituales de yoga facial. La maceración de este aceite sobre grandes mandalas solares nutrió el aceite con todas las energías de la tierra y el sol. La malva en infusión transmite sus mucílagos protectores al aceite de albaricoque. Las labradoritas energizan la piel y forman una barrera contra las malas energías. Modo de empleo: Aplicar el aceite al final de la rutina, sobre el rostro previamente limpio. Masajea tu piel hasta su total absorción. También se puede utilizar como un aceite de limpieza. Puedes usarlo combinado con Hana Kana opal gua sha