Un producto masticable sabroso, sostenible y respetuoso con el medio ambiente. Nuestro queso de yak se produce cuidadosamente en Pajottenland. Se elabora con leche de vacas criadas en condiciones respetuosas, que pasan el 50% de su tiempo en la dehesa. Elaborado con 99,9% de leche y 0,01% de sal Sin colorantes ni conservantes Disponible en dos tamaños: M (perro hasta 10kg) y L (perro hasta 20kg) Se vende por pieza Componentes analíticos: Proteína bruta 66%, grasa bruta 18%, ceniza bruta 6%, fibra bruta 0,5% Conservar en un lugar seco Inspirado en la receta original del Himalaya, nuestro queso se produce de forma lenta y natural, requiriendo 3 meses de secado para alcanzar la perfección. El método de conservación natural permite conservar todas sus cualidades nutricionales. Los beneficios del queso de yak para perros La masticación prolongada de nuestro queso de yak proporciona bienestar psicológico y mantiene a su perro ocupado. Diseñado para ser digerible, es bajo en lactosa. Su dureza contribuye al mantenimiento de los dientes de tu perro, ayudando a prevenir la formación de sarro. Sin azúcar y sin gluten, este queso no sólo es delicioso sino también rico en proteínas y calcio, proporcionando un aporte nutricional equilibrado. ¿Cómo integrar el queso Yak en el día a día de tu perro? Sin lactosa ni cereales, el queso Yak se puede ofrecer tanto a cachorros como a perros adultos sin riesgo de efectos secundarios, como reacciones alérgicas o problemas digestivos. Delicioso y beneficioso para la salud del perro, el queso de yak es bajo en lactosa y rico en proteínas. Consejo: cuando tu perro haya partido su golosina en trozos pequeños, colócalos en el microondas durante unos 90 segundos. Esto hará que los trozos se expandan, creando una golosina fresca y crujiente para tu perro. Asegúrate de dejar que las piezas se enfríen durante unos 2 minutos antes de dárselas a tu acompañante.