Pulsera turquesa compuesta por piedras bola de 10mm Descripción de la pulsera turquesa en piedras bola de 10mm La pulsera turquesa en piedras esféricas de 10 mm está compuesta de piedras únicas cuidadosamente seleccionadas por France Minerals. La piedra turquesa es una piedra con tonos azules y celestes. Su uso se remonta al antiguo Egipto. Luego fue montada en ropa, joyas y objetos decorativos. Para adaptarse a todos los tamaños de muñeca, France Minerals ofrece tres tamaños de pulsera diferentes. Cada modelo tiene las mismas calidades y está hecho con el mismo cuidado, en Francia. Los tres tamaños de pulsera son: 18cm – alrededor de 17 a 18 cuentas de 10mm 20cm – alrededor de 19 a 20 cuentas de 10mm 22cm – alrededor de 21 a 22 cuentas de 10mm Si, a pesar de la elección ofrecida, no encuentra el tamaño que le conviene, no dude en ponerse en contacto con los asesores de France Minerals. Harán todo lo posible para hacerte una pulsera personalizada, que se ajuste perfectamente a tu muñeca. Propiedades de la pulsera turquesa en piedras bola de 10mm en litoterapia Propiedades de la pulsera turquesa a nivel mental en litoterapia Alivia y calma la ira Promueve la empatía Contribuye al desarrollo personal. Ayuda para dejar ir Desarrolla intuiciones y ayuda en la meditación. Promueve las relaciones románticas y las amistades. Contribuye a la confianza en uno mismo Estabiliza el estado de ánimo Reduce la fatiga Propiedades de la pulsera turquesa a nivel físico en litoterapia Limpia y regula los fluidos corporales Regula el sistema nervioso Fortalece el sistema inmunológico Lucha contra los trastornos de la garganta y los pulmones Regula la acidez, desintoxica el organismo Reduce el dolor (calambres) Fortalecer la vista Signos astrológicos correspondientes a la pulsera turquesa Acuario Piscis Geminis Sagitario Balance Escorpión Chakra correspondiente a la pulsera turquesa Chakra de la garganta Mantenimiento de la pulsera turquesa en piedras bola de 10mm Para purificar tus perlas turquesas, sumérgelas en agua destilada sin sal. Para recargarlos, colócalos al sol sobre un racimo de cuarzo.