Estos ladrillos de gelatina con sabor a fruta son tan divertidos de construir como de comer. Júntalos como si fueran Lego, crea tu propia dulce obra maestra... ¡y luego pruébala sin culpa! Textura suave, sabor ácido, colores vibrantes: el dulce perfecto para la diversión familiar o un descanso único.