El color del aceite de hipérico se debe a la hipericina (pigmento rojo) presente en los pequeños pelos glandulares dispersos por los pétalos y sépalos. El aceite de hipérico rojo se utiliza con éxito en friegas y ungüentos (masajes relajantes). Se recomienda para calmar quemaduras y quemaduras solares. En uso diario, mantiene la piel y recupera su suavidad y flexibilidad. También ayuda a prevenir la formación de estrías.