Todo empezó con un paseo por la playa…
Después de muchos años de persuasión, Sophie finalmente llevó a su familia a una visita (o quizás más a una peregrinación de desechos) a una de las playas más contaminadas con plástico del mundo. En este momento en 2012, no muchos sabían sobre la difícil situación de la playa de Kamilo, un pequeño borde volcánico de Big Island en Hawái y el pedazo de tierra más cercano al Pacific Garbage Patch. Ahora, el gran volumen de plástico que se encuentra en nuestros océanos, que fluye a través de ríos y arroyos en todo el mundo, es mucho más claro y alarmante.
El 90% de la basura del mundo que flota en los océanos es plástico y actualmente solo el 5% del plástico del mundo se recicla. No podemos simplemente eliminar el plástico de nuestras vidas: es el "material de trabajo de la economía moderna", pero debemos encontrar formas de lidiar con él. La basura marina es también uno de los impactos más visuales de una economía ineficiente en recursos. Estos objetos que ensucian nuestras playas y llenan nuestros mares deben ser capturados por su valor antes de que lleguen a los océanos.
Sophie envió una colección de objetos recogidos en un corto paseo por la playa de Kamilo (incluidos 18 cepillos de dientes que se encontraron en media hora) con el fin de utilizar estas extraordinarias piezas de objetos domésticos de plástico desgastados por el mar pero aún reconocibles para abrir los ojos de otros sobre la difícil situación de nuestros océanos. Estos, además de otros artículos encontrados a lo largo de varias costas alrededor del mundo ahora aparecen en esta nueva colección de productos.
Nuestro objetivo era crear una serie de productos textiles que no solo contara una historia de contaminación plástica dentro del patrón, sino que también nos empujara a producir lo más sostenible y circular posible. Utilizamos nuestra experiencia, red y conocimiento técnico para examinar nuestras cadenas de suministro, extraer nuevos materiales y cuestionar las suposiciones de desperdicio.
Hemos diseñado esta gama de productos mediante la investigación de materiales y métodos de producción que nos brindarían los resultados más hermosos con la menor huella ambiental.
Es el resultado de múltiples inmersiones profundas en nuestros suministros materiales. Nos hicimos muchas preguntas; ¿De dónde vino? ¿Con qué estaba hecho? ¿Cómo se hizo? ¿Qué pasaría con él una vez que su vida útil hubiera llegado a su fin? ¿Cuánta agua se usa? ¿Adónde van los residuos? Las respuestas que obtuvimos ayudaron a definir los productos que diseñamos.
Establecemos nuestros objetivos. Nuestra conclusión sería que nuestra gama de productos estaría hecha de un material conocido como "mono-material". Esto significaba que todos los hilos, cremalleras, textiles y rellenos tenían que estar hechos de un solo material. Siempre que sea posible, optaríamos por el posconsumo (es decir, ya de segunda vida y reciclado) con un mínimo de carbono y lo más cercano posible a la circularidad.
Trabajamos con Ralf Waterfield, un ingeniero de sistemas que nos ayudó a analizar los datos de carbono que, a su vez, informaron nuestras decisiones de diseño. Algunas cosas que pensamos que tendrían un gran impacto hicieron poca diferencia y viceversa.