El aliento de la tarde, la invitación al descanso. Cuando el día se desvanece y se instala el silencio, es hora de darle la bienvenida al sueño como un ritual sagrado. La noche es una bruma discreta, una ola relajante que se desliza por el aire como un susurro. Una mezcla suave de aceites esenciales diseñada para aliviar la tensión y estimular la relajación. La mandarina y la naranja dulce calman tiernamente los sentidos. La manzanilla romana y la lavanda tejen un capullo de calma alrededor del cuerpo cansado. El incienso profundo y místico abre las puertas a un sueño tranquilo, mientras que la bergamota sella el momento con una nota luminosa final. Respira y deja que los pensamientos se alejen. Con la Noche, cada respiración se convierte en un descenso silencioso hacia las orillas del sueño.