Libro Una infancia en el norte

Queremos lo mejor para nuestros hijos y estamos indignados por la violencia cometida contra ellos. Sin embargo, a pesar de las buenas intenciones, resulta complicado educar sin gritar, sin castigar, sin acorralar, sin chantajear, sin azotes... ¿Por qué es tan difícil? ¿Y si fuera una cuestión de normas sociales?Marion Cuerq, especialista en Suecia y comprometida con la defensa de los derechos de los niños, invita a mirar al país que inició su revolución educativa en 1979 aboliendo los castigos corporales y la humillación –mientras que Francia, en cambio, sólo prohibió “la violencia educativa ordinaria”. " en 2019.Ella te invita a adoptar la “altura de un niño” para percibir el mundo a través de los ojos de los niños. Así que interpretaréis su comportamiento de otra manera: ¡ellos no son “niños reyes”, esos seres tiránicos que nos manipulan! Simplemente necesitan explorar el mundo, dominar sus emociones, afirmar lo que aman. Son vulnerables, pero también y sobre todo competentes.Al cambiar la visión que tienes de tus hijos, al establecer una nueva relación con ellos –horizontal–, podrás finalmente encontrar el camino hacia una relación pacífica.