Un snack tradicional, especialmente popular en los países mediterráneos, poco a poco se está imponiendo aquí como valioso complemento dietético. En el centro oscuro del conocido girasol, las pequeñas semillas de girasol maduran en paz y tranquilidad y siempre de cara al sol, convirtiéndose en verdaderas semillas poderosas. Los nativos americanos ya codiciaban estos granos. Más tarde, los conquistadores españoles aprendieron a transformar las nutritivas semillas de girasol en alimentos y también en aceite de girasol de alta calidad. Si bien los europeos ya conocíamos las semillas de girasol como ingrediente en productos horneados, nos sorprende lo deliciosas que saben, tostadas y saladas, como refrigerio independiente. Le damos a nuestras semillas de girasol una apariencia atractiva y las ponemos en una sabrosa cáscara crujiente de color amarillo dorado. ¡Espléndido!