Los crujientes trozos de pretzel, refinados con el delicioso sabor del queso cheddar, son una experiencia de refrigerio sin precedentes, para todos aquellos que piensan que los pretzels son una auténtica locura de sabor, pero que definitivamente matarían por combinarlos con un sabroso queso cheddar. Los crujientes trozos de pretzel, con el típico acabado de lejía, son el aperitivo ideal para entre horas, o más que adecuados como clásico tentempié por la noche con cerveza o vino. Siempre que tengas ganas de comer este pastel de queso pretzel, deleitará tus músculos masticadores con trozos inusualmente crujientes, picantes y del tamaño de un bocado y un aroma a queso sutil pero de alta calidad.