El aceite de argán, a menudo apodado "oro líquido", es un tesoro de la naturaleza. Este aceite es rico en vitamina E, un potente antioxidante que protege la piel de los radicales libres y previene el envejecimiento prematuro. Sus ácidos grasos esenciales, en particular omega-6 y omega-9, nutren en profundidad dejando la piel suave, flexible e hidratada. Su contenido en antioxidantes lo convierte en un activo ideal para luchar contra los signos del envejecimiento cutáneo, y sus ácidos grasos aportan una segunda juventud a las pieles secas. Este aceite es apto para todo tipo de pieles, incluso las más sensibles, gracias a sus propiedades calmantes y antiinflamatorias. Es especialmente eficaz para reducir las rojeces, calmar la irritación y reforzar la barrera cutánea, previniendo así la deshidratación. Utilizado a diario, el aceite de argán puede sustituir a las cremas hidratantes y antienvejecimiento. Su textura ligera y no grasa penetra rápidamente, sin obstruir los poros, y deja un acabado sedoso y radiante. En invierno es ideal para proteger la piel de las agresiones externas, como el frío y el viento, formando una barrera protectora que mantiene la hidratación. El aceite de argán no es sólo un producto para el cuidado de la piel; también es un precioso aliado para el cabello. Rico en ácidos grasos y vitamina E, nutre y fortalece el cabello, devolviéndole brillo y vitalidad. El cabello seco, frágil o dañado recupera su brillo gracias a la aplicación regular de este aceite milagroso