Las sardinas son una fuente natural y abundante de ácidos grasos omega-3, como el EPA y el DHA, esenciales para la salud de tu gato. Estos ácidos grasos contribuyen al desarrollo y buen funcionamiento del cerebro, mantienen una piel sana, un pelaje brillante y promueven una respuesta antiinflamatoria en su organismo. Los gatos necesitan ingerir ácidos grasos omega-3 de origen animal, como el EPA y el DHA, por su condición de carnívoros tienen dificultades para convertir eficientemente los ácidos grasos omega-3 de origen vegetal, como el ALA, en EPA y DHA en cantidades adecuadas. El gato tampoco es capaz de convertir el beta caroteno en vitamina A y por lo tanto necesita obtener la vitamina A directamente de tejidos de origen animal, así como de vitamina B3. Las sardinas destacan por su contenido en vit A, B2, B3 y B12. El contenido en minerales, contribuye a un equilibrio nutricional óptimo. Y su espina con alto contenido en calcio, que al estar cocinada la digieren con facilidad.