Con la posibilidad del empate, Crissias, un joven tan soñador como discreto, se convierte en uno de los diez helanódices, los árbitros de los Juegos Olímpicos. Aquí está llamado a desempeñar un papel importante en la mayor competición deportiva de la antigua Grecia: tendrá que seleccionar, apoyar y decidir entre atletas de todo el país, garantizando la igualdad de oportunidades, la lealtad y el respeto al adversario. ¿Cómo superar la corrupción, la violencia y la exclusión? ¿Qué lugar debería darse a las mujeres y a los extranjeros? En la ciudad de Olimpia, donde arde la llama, símbolo de la paz y la unidad entre los pueblos, Crissias descubre un mundo grandioso y cruel cuyos valores nunca dejará de cuestionar. Los que permiten que el ideal olímpico atraviese los siglos.