Un pequeño frasco de cristal, en cuyo interior flota una cabeza de diente de león perfectamente conservada. Una pieza rara, diseñada para capturar el momento en el que la flor está a punto de emprender el vuelo. Cada filamento está congelado en su equilibrio, como suspendido en una respiración. TIENE En la frontera entre el arte vegetal y el objeto simbólico, este “concededor de deseos” reinventa una tradición popular: la de soplar un diente de león mientras se pide un deseo. Aquí, el gesto se convierte en una imagen, un recuerdo, una presencia duradera: poética, discreta y llena de significado. Fabricado a mano en nuestro taller de Francia, cada cumple deseos es una pieza única. Fácil de presentar en las tiendas, funciona tan bien como producto favorito como como regalo único y cargado de emociones. Ideal para concept stores, boutiques de decoración, librerías, floristerías, espacios de bienestar o boutiques-museos. Encuentra naturalmente su lugar en todas las selecciones sensibles a la artesanía, a la poesía y a las piezas delicadas, evocadoras y llenas de significado.