ETIOPÍA - ALI ORGANIC

Todos nuestros cafés son cafés especiales puro Arábica. Su trazabilidad permite, en particular, controlar su calidad y su excelencia gustativa, pero también preservar tanto el medio ambiente como al productor, garantizando a este último una remuneración digna. Perfil sensorial: “Notas naturales de melocotón, azúcar moreno y avellanas” Café redondo con notas caramelizadas y ligeramente afrutadas. Información: País: Etiopía Región: Jimma Terruño: Gomma Granja: Beshasha Badiya Altitud: 1900 - 2000m Especie: Arábica Variedad: Heirloom Cosecha: Noviembre a enero Proceso: Naturaleza Secado: Camas de secado Puntuación SCA: 82/100 Un café de bosque orgánico: El café natural de Goma se recolecta de pequeños agricultores en el woreda del mismo nombre, en la denominación de origen Jimma. Este distrito de Goma, al igual que el vecino de Gera, se encuentran entre las zonas de producción de café más reconocidas de esta denominación. Los cafetos provienen del bosque silvestre de Choche, ubicado cerca del pequeño pueblo de Agaro. Esta Goma natural se caracteriza por notas florales y una gran dulzura. En Goma, el café se produce desde hace varios siglos por pequeños agricultores que utilizan conocimientos tradicionales. Al cultivar su café en el bosque, están perpetuando una herencia agrícola regional. Los cafetos de Goma provienen del bosque Choche, que según la leyenda es el lugar de origen del café. A 2.000 metros de altitud, las parcelas se desarrollan según un modelo de cultivo mixto que combina la producción alimentaria y comercial. Cuando Khalid habla de su trayectoria, entendemos el apego de este productor a la finca y a los cafetos que lo vieron crecer. Khalid es un hijo de Gera. Recibió sus plantaciones de su padre, quien a su vez las recibió de su padre. El café aquí es un patrimonio que se cuida. Su abuelo había ido a buscar plantas de café silvestre en el bosque de Choché, a unos kilómetros de distancia, para desarrollar sus primeras plantaciones. Desde entonces, la creciente demanda de café de Jimma ha ayudado a consolidar las plantaciones familiares y Khalid está feliz de continuar con estas tradiciones. Recuerda, cuando era niño, caminar entre estos cafetales y seguir a su madre mientras recogía las cerezas. Conoce esta tierra hasta el más mínimo detalle y, por esa transmisión, dice considerar estos cafetos como sus “propios hijos”. Dada la atención que presta a su finca y el entorno excepcional del sitio, dado el esfuerzo que realiza para mejorar constantemente la calidad de su producción, entendemos el profundo vínculo que lo une a este espacio. Espera que sus tres hijos, que actualmente viven y asisten a la escuela en la cercana ciudad de Agaro, también puedan beneficiarse del cultivo de café en el futuro.