Este aroma aromático y cítrico, con notas de madera, recuerda los aromas de la antigua Toscana, envolviéndolos con una vivacidad moderna. Es como un pequeño cofre del tesoro, carnoso y verde, que revela sus fragantes tesoros con una aromaticidad dinámica. Los cítricos efervescentes como la dulce mandarina, la naranja, la deliciosa acidez de la bergamota y la lima se mezclan con la viva acidez de la grosella negra. La amable sequedad de la Azahar y del Jazmín indólico abren un corazón luminoso. De aquí brotan opulentos aromas mediterráneos. La fragancia se cierra con una dulzura amaderada, balsámica y arbórea, un regalo precioso que nos otorga la presencia del Ciprés y la noble Madera de Cedro. Un epílogo deliciosamente amaderado, donde el higo encarna la frescura navideña y despreocupada de los días de verano.