Quien dice Montparnasse, dice creperías bretonas y tortitas de trigo sarraceno en abundancia, a tiro de piedra de la estación y de la torre. Gracias a su marinera, la pegatina de Montparnasse recuerda la llegada de los bretones a París a la estación en el siglo pasado. Hará valer el apego de los parisinos a Bretaña.