Desde 1946. Afincados en Quiberon, Yvonne y Raymond Audebert eran confiteros atrevidos. No solo elaboran las famosas piruletas "Les Niniches", sino también los deliciosos caramelos de mantequilla salada, dos especialidades que forman parte del patrimonio culinario bretón. Desde entonces, tres generaciones han triunfado en el taller manteniendo los procesos tradicionales de fabricación. De los calderos de cobre y el saber hacer del artesano nacen creaciones únicas que renuevan el arte de la repostería. La Maison d'Armorine, una historia de placer.